Buenas noches!!
Ya estamos a jueves!! O juernes, como a mi me gusta decir, porque el jueves es más un anticipo del viernes...jajaja!! Bueno que me lío, vamos a lo que vamos!! Os presento una receta ex-qui-sita, que sí, que siempre digo lo mismo, pero es que ésta es...más que exquisita, es una pura delicia, una obra de arte!! Por eso, con todos ustedes, pasen y vean...los Saquitos rellenos de queso de cabra y miel!!
Ingredientes:
- Masa brick (la venden en la sección de refrigerados, junto con los hojaldres, masas de pizza, etc. Es una masa muy fina y delicada, pero es manejable, por lo que no hay que ser un experto para emplearla).
- Rulo de queso de cabra.
- Miel (yo utilizo mieles artesanas, espesas, naturales).
- Mantequilla (un poquitito nada más).
El proceso es más sencillo de lo que pueda parecer:
- Hay masas que vienen ya cortadas, pero la que yo utilicé me gustó mucho porque era toda una hoja que podías cortar al gusto, y así obtener saquitos de la medida que se quiera. Se cortan los trozos que estimemos necesarios, aproximadamente del tamaño de la foto (un palmo por un palmo, no lo medí en centímetros). Derretimos un poco de mantequilla y con un pincel de cocina untamos muy ligeramente la hoja, solo un poquito.
- Ponemos el queso de cabra en el centro, la cantidad dependerá del tamaño que queramos que tengan los saquitos. Encima del queso echamos un poco de miel (yo la derrito un poco en el microondas), y cerramos los saquitos.
- Para cerrarlos lo mejor es coger los extremos de arriba y abajo a la vez, y meter los lados izquierdo y derecho hacia dentro (espero que se haya ententido). Hay quien los cierra con una tira de cebollino, pero como yo no tenía, les puse dos palillos cruzados y así no se soltaba el cierre. Le pasamos otro poco de mantequilla con el pincel, para que quede más doradito al final.
- Los ponemos unos 5-10 minutos al horno a unos 180 grados. Yo los puse con el calor solo por arriba, porque no quería que se derritiera (y rompiera) la base, y creo que hice bien porque el relleno quedó en su punto justo. Vamos mirando el horno y cuando estén dorados los sacamos y servimos inmediatamente.
No podría describiros el sabor con palabras, es una explosión de matices, el queso de cabra con la dulzura de la miel, todo ello fundido, con una cremosidad que conjuga a la perfección con el crujiente de la masa brick. Una obra maestra, os lo digo yo!! Qué pena que por aquí no puedan transmitirse olores ni sabores...se os haría la boca agua!!
Esta receta de verdad que os recomiendo que la hagáis, es un entrante estupendo para una comida, o como en mi caso ayer, para cenarlo con una ensalada fresca.
Un abrazo!
Sonia